Simple Plan, un grupo
que a muchos sonará por el hit de 2005 -sí que pasa rápido el tiempo- Welcome
to my life, estuvo esta semana girando por
España, con conciertos en Madrid (12 de marzo) y Barcelona (13). A pesar del
éxito cosechado en ambas citas, a nadie escapa que esta banda canadiense y otras
de su generación han perdido mucha relevancia en los últimos años, algunas han
quedado incluso relegadas al ostracismo. Repasemos qué es el pop-punk o
punk-pop, dónde empieza y dónde acaba y cuáles son sus máximos exponentes.
Para definir el
género haremos referencia a la misma descripción que mi amada Wikipedia: «un
hilo de rock alternativo que generalmente se fusiona con melodías pop, los
rápidos ritmos de punk, cambios de acordes y guitarras fuertes» (Allmusic, 28 de
febrero de 2012). El reportaje está lleno de
canciones que pueden servir como ejemplo. Servidor no tiene vocación de
historiador, así que no pondrá un año de inicio al movimiento. Se suele señalar
a Descendents
como pioneros en los ochenta, aunque
desde mi punto de vista están más cerca de Los Ramones o Sex Pistols que de
Simple Plan.
Los que, en mi
opinión, sientan las bases del estilo, sin pertenecer a éste, son dos. El
primero, Weezer, mucho más cerca del pop que del punk, que cosechó un gran
éxito con su primer disco, Blue Album
(1993), con canciones
simples melódicamente y gran potencia en los estribillos;
muchos de los grupos que enumeraremos después señalan a esta banda como
precursora y el cantante, Rivers Cuomo, participa en una canción del último
disco de Simple Plan. El segundo, mucho más claro, es Green Day, que en Basket
Case
(1994) elabora un exhaustivo manual de cómo confeccionar una canción pop-punk.
Weezer |
La
primera gran ola (1999-2003)
En
1993 nació el grupo que haría explotar el movimiento, en la batería de Scott
Rayner –aunque el conocido es su sustituto a partir de 1998, Travis Barker- y
el bajo, guitarra y voces de Mark Hoppus y Tom DeLonge. Hablamos de Blink-182.
Sus
primeros discos, grabados en compañías de segunda, tuvieron un éxito muy
moderado. Su humor
escatológico y estilo skater les hizo ganarse algo
de fama entre los adolescentes, pero fue Enema
of the State, álbum lanzado en junio de 1999 y del que se consiguieron
vender más de quince millones de copias, el que los consagró como la banda de
punk-pop más importante (también su cameo en American Pie). Entre este año y 2003 el grupo cosechó éxito tras
éxito: unos cuantos ejemplos, Aliens
Exist, Adam´s Song o Whats my age
again?
Los
rumores de separación asaltaron las portadas en 2004. El giro que dio el grupo
con su disco homónimo de 2003, muy alejado del tono humorístico que les había
caracterizado, y sus colaboraciones con Robert Smith, líder de The Cure, no
sentaron bien a los fans, mientras que en las declaraciones de los tres
miembros se intuía cierta diversidad de opiniones. Finalmente, una serie de
disputas entre Mark y Tom, que empezó a relacionarse más con el manager del
grupo que con el resto de integrantes de la banda, provocaron que el grupo se
tomara un descanso indefinido, anunciado a principios de 2005. A pesar del duro
golpe que supuso su separación, podríamos decir que el final de la primera gran
ola del pop-punk ya había llegado en 2003, tras el lanzamiento del disco Blink-182.
Además
de este grupo, otros como Bowling for Soup o Fountains of Wayne también pasaron
sus mejores años en esta época, pero nunca llegaron a la notoriedad de la banda
de Mark, Tom y Travis.
La
segunda gran ola (2004-2005)
Parecía que con la
separación de Blink-182 acababa un mundo de instituto, skates, garajes y
romances de verano. Un
comentario en el vídeo de Dumpweed resume este tufillo adolescente del pop-punk de la
primera ola “I really wish I grew up in a neighborhood with kids on bikes on hot summer
days with music like this blasting out of garages. And old TV shows playing all
day, and that feeling I can imagine that only came from the beginning of summer
and the end of school. I wish I was a late 90s - early 2000s teen. I really do.”
Pues bien, el pop-punk aún esperaba una segunda camada
de grupos, que presentaban algunas diferencias con sus “progenitores”. Uno de
los más continuistas en un principio fue Sum 41. Esta banda canadiense comenzó
su andadura musical en 1996, pero tuvo que esperar cinco años para poder
publicar su primer álbum de larga duración, All
Killer No Filler. Su primer single, Fat Lip, se convirtió en un hit el verano –sin duda la estación
perfecta para el pop-punk- de 2001. El mismo camino llevaron In too deep y Motivation y, en un tono más serio, las pertenecientes al segundo
disco (2002) Hell Song y Still
Waiting –que inspiró profundamente a Nek para componer Al menos ahora (2003)-.
Dos grupos que habían empezado sus carreras en la misma época que Sum 41, pero tuvieron que esperar algo más para alcanzar éxitos importantes, lanzaron en 2004 sendos discos de pop-punk con los que llegaron a lo más alto de listas de éxito de todo el mundo. Tanto Simple Plan como Good Charlotte habían experimentado un gran salto de relevancia en 2002, con temas como I´d do anything o Lifestyles of the rich and the famous. Nada comparado con lo que consiguieron con la ya nombrada y enlazada Welcome to my life, que consiguió ser número uno en España y estuvo 54 semanas en los 40 Principales, y I just wanna live, que se coló en las listas de éxito de países como Austria, Nueva Zelanda, Inglaterra o Alemania.
2004 fue también el año de Yellowcard, un grupo similar a los anteriores pero con violinista, que triunfó con Ocean Avenue o Way Away, pertenecientes a su primer disco, también llamado Ocean Avenue, publicado en 2003 y con el que giraron hasta 2005. Pieces, la canción que fue y es la más conocida de Sum 41, también vio la luz –como single- en 2004. La canción, quizá estaba dedicada a la entonces novia del cantante de la banda, Avril Lavigne –ahora ya están divorciados-. Su segundo disco, también en la línea pop-punk, vio la luz en este mismo año y llegó a vender más de 6 millones de copias en todo el mundo, con sencillos como My happy ending. No debemos olvidar tampoco el boom Green Day, con el lanzamiento de American Idiot este año. En definitiva, 2004 y 2005 parecían indicar que el movimiento podía seguir sonando con fuerza a pesar de la caída y desaparición de Blink-182.
División y declive (2006-¿?)
Quizá mucha gente no
esté de acuerdo con que afirme que el pop-punk está en declive desde 2006. Es
cierto que la mayor parte de grupos comentados han seguido con carreras
relativamente exitosas, pero estos éxitos son aislados y muy alejados de lo que
sucedió en 2004-2005. Tanto Simple Plan como Good Charlotte vivieron de sus
éxitos durante varios años, los primeros no lanzaron nuevo disco hasta 2008 y
los segundos hasta 2007. Como es lógico, otros grupos de un estilo similar pero
con composiciones bastante distintas les habían comido la tostada: My Chemical
Romance, Fall Out Boy, Panic At the Disco y otros. Quizá por intereses
comerciales, ambos grupos se alejaron de la fórmula anteriormente descrita y de
las historias de fiestas adolescentes y encuentros nocturnos, pasando a tocar
canciones más
roqueras o más
cercanas al pop comercial de esta época, algo que parece que
ha resultado, ya que han superado sus primeros éxitos con sus últimas
producciones.
Sum 41 y Yellowcard
cambiaron menos de rumbo, aunque sus carreras si se tornaron completamente
distintas. Mientras que Sum 41 ha ganado en los últimos años fama generalizada
con canciones como With Me, Yellowcard
vive una auténtica decadencia comercial; un buen indicativo es que sus cinco
canciones más escuchadas en Spotify pertenecen al primer disco, el ya nombrado Ocean Avenue.
En España el
movimiento tiene cierta importancia, con grupos como NoWayOut o Pignoise,
aunque la mayor parte de sus canciones no dejan de ser meras traducciones de otras
conocidas. En la actualidad parece que puede darse un resurgir del pop-punk,
con la vuelta de Blink-182 (a pesar de su decepcionante disco de reencuentro),
la carrera ascendente de grupos como All Time Low, McFly o Paramore y la
recuperación moderada de notoriedad por parte de Yellowcard con sus discos de
2011. Quizá vuelva la fiebre pop-punk, American
Pie Reunion tendrá mucho que decir.
El pop-punk es un
estilo simple y comercial, sí. La mitad de las canciones son iguales, sí. Y el
trasfondo, flojillo. Todo correcto, pero a veces no viene mal – siempre será
mejor que escuchar a Pitbull- que un chaval te comente, con su intento de
cresta y su voz de adolescente, qué planes de verano tiene, sus peleas con
padres, amigos y chicas…O cómo estuvo a punto de ligarse a la homecoming queen, aunque un mistake le obligara a correr all over the town para escapar del
novio.
Roberto Gil García @Robergilgarcia
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