jueves, 21 de febrero de 2013

¿Delantera Mítica?



Pocas presentaciones necesita Quique González. Cantautor madrileño nacido en 1973, arrastra una auténtica legión de fans, que se ha ganado concierto a concierto, tema a tema, entrando en sus sueños. Algunas críticas apuntan a la simpleza de las letras en muchas de sus composiciones, a la repetición de temáticas y estructuras rítmicas, y todo esto es cierto. Pero Quique tiene una capacidad inusitada, la de crear paisajes, sensaciones e historias sin mucho más que un sujeto y un predicado. Desde que publicara Personal en 1998, este potencial evocador con el que magnetiza  a miles de seguidores no ha parado de desarrollarse.

Liberado del bullicioso Madrid -hace siete años se mudó a Cantabria- y de las estructuras más rancias del business de la industria musical, cabía esperar un cambio en su trayectoria. En Daiquiri Blues (2009), Quique sorprendió a propios y extraños abandonando definitivamente -con alguna salvedad- los sonidos rockeros que habían caracterizado a sus dos grandes obras, Salitre 48 y Pájaros Mojados, para ambientar  historias más intimistas que nunca y dar paso a un tono, por fin, verdaderamente personal. Gustara más o menos, Quique González se había conseguido liberar del Antonio Vega de Nacha Pop y de Enrique Urquijo. 

En Delantera Mítica, su noveno disco, el Quique rockero de antaño trata de fusionarse con el de Daiquiri. Aunque está mejor acompañado que nunca, con un instrumental -Nashville calidade- impresionante y ninguna composición es mediocre, el resultado es decepcionante. Nos tiene demasiado acostumbrados a canciones míticas.

El disco comienza con "Tenía que Decírtelo", un single que sirvió como adelanto del disco -cabe destacar la campaña realizada para crear expectación, con concursos y presentaciones a medias-. Dejando de lado el videoclip low-cost, el tema es un clásico desde su primera reproducción. El estribillo entra y la estrofa deja poso. Su mayor problema es que recuerda demasiado a muchas otras de sus canciones, por lo que  desde mi punto de vista no se colaría en el top 20 de composiciones rockeras de Quique.

Sigue "La Fábrica"; es buena canción, muy de Quique, muy de sus fans también. Habla de Dios, habla de novias y conflictos internos. Cómo no va a gustar. Y entonces se produce el primer bajón. Hasta la sexta canción nada llama mi atención. Tres temas aceptables, uno rockero (al más puro estilo de "Perdone Agente") y dos intimistas (a medio camino entre "Piedras y Flores" y "Discos de Antes"), con cierta voluntad de acercarse al panorama político y social actual, pero poca mordiente.

César Pop y Quique González, más juntos que nunca en "Delantera Mítica"

Aparece Zahara, amiga y habitual en sus colaboraciones con Quique, con "Las Chicas son Magníficas", una canción casi naif basada en una verdad universal, que las chicas son magníficas. El tema realmente habla de la amistad, el eje sobre el que se vertebra el disco -no en vano, grandes amigos del cantautor como César Pop o Leiva han colaborado activamente, y se nota su impronta-, y en algunos casos llega a emocionar. En cualquier caso, cabe cuestionarse si no se podría esperar algún mensaje más allá del bro´s before ho´s de un compositor que entra ya en los cuarenta.

También emocionantes resultan "No encuentro a Samuel" y "Delantera Mítica", otras dos composiciones sobre los compañeros de viaje, que son las que más llaman la atención. Esta última, que da nombre al disco y no por casualidad, rima con "Cuando Eramos Reyes", el primer gran himno de Quique, aparecido en 1998. Una visión nostálgica de la amistad o del amor, de cómo uno deja de ver las relaciones como una asociación casi magistral para entender que son tan imperfectas e inestables como el propio ser humano.

He caído en todas tus trampas
pero te llevo en el corazón

Fuimos una delantera mítica
y lo entiendo pase lo que pase
porque te llevo en el corazón

El disco llega a su fin con una versión de "¿Is your love in vain?" de Bob Dylan, tema que se ajusta como un guante al estilo y voz de Quique. El cantante, poco dado a rendir homenajes en sus discos anteriores, hace desfilar por sus letras a varios iconos de la cultura popular de los últimos años: desde el gol de Iniesta hasta Jimmy Mcnulty, protagonista de la serie The Wire.

"Delantera Mítica" es un disco fácilmente digerible. 45 minutos agradables para ser escuchados en el coche, una mañana de resaca o antes de ir al trabajo, mejor si se hace mirando el transitar de las calles. Pero no llega mucho más allá. No es luminoso como alguno de sus primeros trabajos, tampoco las historias resultan tan redondas como las de Daiquiri. Cuesta recordar más de una o dos canciones después de haber escuchado el disco en varias ocasiones. Quique y sus fans siempre han sido una delantera mítica, así que es imposible no cogerle cariño. Pero esta relación, de amistad sincera, parece estancada.
Es casi imposible acceder al disco a través de plataformas como Youtube o Goear, así que en Spotify queda




Roberto Gil García @robergilgarcia


7 comentarios:

  1. Yo como Carmela ¡que orgullosa estoy de este hijo! :un gusto de leer y escuchar

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    1. MAMAS AL PODER!

      Que bien escriben estos hijos. Yo ya le he dicho a mi Mariquiña que farian una hermosa parella.Biquiños.

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  2. Demasiado duro en tus comentarios. Estando de acuerdo contigo en muchas de tus apreciaciones, entiendo que una voz tan personalísima como la de Quique Gonzalez y unas letras a las que nos tiene acostumbrados son difíciles de reinventar y sorprender al 100%

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  3. ""Las Chicas son Magníficas", una canción casi naif basada en una verdad universal, que las chicas son magníficas" y que estés a dos velas Roberto, qué injusto :( Menos mal que tú también eres muy naif.

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    1. Naif y muy bueno en general. Esto es un llamamiento a las magníficas para soplar las velas.

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  4. Sorry tío, en el próximo disco prometo esforzarme más.

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