Contaba
mi profesor de inglés que fue incapaz de que su hijo de seis años se quedara
con el concepto de Enciclopedia hasta
que recurrió a compararlo con la Wikipedia. Esta anécdota evidencia la
auténtica revolución que ha provocado el fenómeno Internet en nuestra forma de
ver el mundo, probablemente la mayor desde la invención de la imprenta;
curiosamente, en pocos años hemos pasado de “Wikipedia: la enciclopedia libre”
a “Enciclopedia: una Wikipedia de papel”.
L'Encyclopédie supuso un auténtico hito histórico. Creada entre
1751 y 1772 por Diderot y D´Alembert, es considerada el invento de la Ilustración
–movimiento intelectual cuyos máximos exponentes son Rousseau, Voltaire o
Montesquieu-. Su función, compendiar y transmitir conocimiento. La misma que,
en mi opinión, debería ser la principal de Internet.
Como
herramienta cognoscitiva, Internet tiene una potencia inconcebible. Es al mismo
tiempo una base de datos sin fin, un robot interactivo que agiliza las
investigaciones y un canal que pone en contacto a gran parte de la población
mundial. Y no le estamos sacando partido. Es un alivio que un chaval de seis
años sepa qué es la Wikipedia; esto disuade de la idea de un nuevo homo videns sin voluntad alguna de
conocimiento. La pregunta es: ¿cuando sea un poco mayor, en la adolescencia, se
dará cuenta de las fallas obvias que tiene Wikipedia como fuente de saber? y
¿cuando esté en la edad adulta, será capaz de encontrar en su mundo, Internet,
conocimiento de verdadero valor? Hoy, es probable que no lo hiciera.
Porque
Internet, más que una inmensa biblioteca, es un inmenso pozo sin fondo –que se
lo digan a Manuel Mucientes o a miles y miles de blogs abandonados y casi
inaccesibles-. Uno puede caer en el conformismo y afirmar “En Internet está lo
útil, lo que no pasa el filtro no tiene importancia histórica”; bien, quizá
queramos que Google sea el último Herodoto, pero tenemos otra posibilidad:
convertir Internet en nuestra particular biblioteca de Alejandría.
Para
hacerlo, contamos con el mayor solar y las mejores materias primas. Se suele
decir que algo no se aprende hasta que se interioriza, se hace propio; en ese
sentido, las posibilidades que abre la interactividad son obvias. Los programas
de aprendizaje deberían recibir tanto mimo como cualquier otra línea de
investigación. En cuanto al conocimiento, todo aquel que posea alguno debería
intentar transmitirlo. En PopPol no somos ilustrados, nada más lejos de la
realidad, pero intentaremos aportar nuestro granito de arena. La ocasión lo
merece.
Roberto Gil García @robergilgar
las fallas de wikipedia en todo su esplendor:
ResponderEliminarhttp://blog.ilovecostablanca.com/wp-content/uploads/2012/02/crema-de-las-fallas-2010-autor-manuel-molines.jpg
algo más con lo que meterme...
pues nada, que sinó igual se me escapa una crítica constructiva
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=falla
Eliminarhttp://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=polisemia
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=constructivo
Eliminarhttp://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=conspicuo
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cerveza
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=circunspecci%C3%B3n