EXPLOSIÓN
Un buen día las fábricas de la ciudad fueron
explotando, una a una, de repente y por sorpresa nos vimos en las calles
Sin más cadenas de montaje ni más maquinas de fichar
Era el final de la esclavitud laboral. Ese día
estábamos solas, ni el sindicato ni el partido vinieron a ver como la fábrica
desaparecía, cómo empezaba un nuevo mundo
Fueron momentos de felicidad, de diversión, de actividad... tanta fue la alegría que a nadie se le ocurrió mirar donde caían los trozos de aquella explosión
Daba igual, LA FABRICA HABÍA EXPLOTADO
MIEDO
Nadie pensó qué era vivir sin fábrica. Unos se encerraron a leer y muchos siguen leyendo porque en el siglo de la fábrica nadie pensó en la inexistencia de estas. Algunos dijeron que la habíamos explotado nosotras, que la creatividad y la política había eliminado el trabajo para siempre, que seríamos libres. Otros querían volver a las ruinas en las que algunas seguían encadenadas, pero todas sabemos que tanto trabajo es muy aburrido
Dijeron que el capitalismo sin fabrica sucumbiría,
pero
¿QUÉ MÁS NOS
DABA?
El problema empezó al ver que los dueños no lloraban sus fábricas, ellos habían visto caer los trozos y ahora los recuperaban
Se unieron a nuestras fiestas, nos dijeron que ya no
había fábrica y podríamos trabajar poco y de formas nunca pensadas. Ellos
habían visto caer la fabrica sobre cada rincón de la ciudad, ellos la habían
creado y sabían como explotarla, como volver a atarnos a ella
Según acababa la fiesta descubríamos la fábrica de nuevo, la descubríamos a cada paso, en cualquier lugar... incluso nos dimos cuenta de que se nos habían metido trozos dentro, en nuestra mente, en nuestro lenguaje y en nuestras relaciones
¡QUÉ FATALIDAD!
Los dueños, los de siempre, corrieron a decir que esa
fábrica era suya,
pero que no
había que preocuparse...
nosotras ya no
éramos clase, no estábamos todas juntas.
Como no había edificio no habría más trabajo ¿o no? Se
reformuló la idea: Como la fábrica cayó por la ciudad TODO ES FÁBRICA
¡QUÉ FATALIDAD!
No más tiempo libre, no más libertad, no más
educación, no más cultura...
Solo trabajo, producción y reproducción, consumo y
formación (que no aprendizaje)
La felicidad se tornó en derrota. La fiesta en
desesperanza...
LA HISTORIA MORÍA AQUÍ
¡QUÉ FATALIDAD!
DESPERTAR
Pero sorprendentemente no se sucumbió.
La ciudad empezó a despertar, las personas se
relacionaban rompiendo la nueva explotación, compartían y creaban en comunidad.
Nos organizábamos en asambleas, actuabamos sobre la realidad, no podíamos
desertar de la vida y por ello iniciamos nuestro éxodo particular
Éxodo: Huida
positiva, huir para crear, huir de la nueva esclavitud para crear la libertad.
Nosotras somos las que no venimos ni vamos a la
fábrica, crecimos en sus grietas como mala hierba que corroe sus estructuras,
abrimos espacios, liberamos. Nuestro éxodo no es pasivo GRITA, toma las
calles, las revoluciona, desobedece y reformula la frontera de la violencia
Éxodo y Revolución con un gran DESEO...
LIBERAR LA CIUDAD
Okupando,
compartiendo, dibujando, festejando, luchando pero sobre todo creando.... pero
¿el qué?
Muy sencillo: COMUNISMO
Calle a calle y conciencia a conciencia construimos
comunismo.
Pero dicen que eso es imposible y preguntan
sorprendidas:
¿Dónde?
En cada espacio de la ciudad, en tu calle o en la mía,
en los parques, en las empresas de telemarketing, en las ruinas de la fábrica o
sobre las fronteras
¿Cómo?
Desde abajo, desde la autoorganización; organizando la
rabia para defender la alegría, en asambleas uniendo las rebeldías y las
ilusiones; compartiendo lo común; reescribiendo el lenguaje y nuestras
relaciones
Dicen:
¡Ya lo
intentasteis y fue terrible!
Comunismo como verdadera democracia sin dictadura, sin
gobiernos técnicos, desde abajo, de todas para todas, eso no lo intentamos
RESPONDEMOS
Es entonces cuando decidimos entre todas que su fin de la historia nos aburría y el capitalismo nos mata. Decidimos que la autogestión es divertida y el comunismo es vida que merece ser vivida
Ignacio Martín Pina, militante de Juventud Sin Futuro y Colectivo 1984
De acuerdo, me encanta que nuevamente haya gente dispuesta a tirar para adelante con el viejo proyecto, con nuevos instrumentos y con todo lo aprendido en luchas y experiencias anteriores. Adelante y mucha suerte!
ResponderEliminar"¡Ya lo intentasteis y fue terrible!"
ResponderEliminarPara ellos, los burgueses, desde luego que si, fue terrible.