martes, 10 de abril de 2012

De España a Grecia pasando por Despeñaperros

Ya han pasado por fin los 100 días malditos desde que, tras dos intentos fallidos, Mariano Rajoy subió al poder arropado con una mayoría absoluta de 10.850.000 sufragios. No os asustéis, 3 de cada 4 personas que os crucéis por la calle no le han dado su apoyo. Después de la desastrosa y desnortada gestión del ejecutivo del PSOE, su victoria absolutísima estaba cantada, pero no por ello su apoyo popular aumentó significativamente: apenas logró 600.000 votos más que en los comicios anteriores en los que perdió contra Zapatero. Mariano, ya es un logro. La confianza que promulgó Rajoy, ese mantra que lo llevó al gobierno y que pretendía contagiar fuera y dentro de España, poco a poco se desvanece. A día de hoy, sólo uno de cada cuatro de sus votantes cree que sacará al país de la crisis.

Aunque de facto su mayoría absoluta -unida a su hegemonía regional- le otorgó amplísimos poderes al gobierno conservador del PP, mucho se le pueden torcer las cosas y hay quien ya habla -no sin segundas intenciones- de la posibilidad para verano de un gobierno de unidad nacional que incluya al PSOE. Y es que son muchos los reveses que en poco más de 3 meses se ha llevado el flamante gobierno “del cambio”. La reforma del sistema financiero está lejos de dar sus frutos y en Europa no termina de gustar, la reforma laboral recibió un rechazo en la calle mayor del esperado por los sindicatos y los recién presentados presupuestos no han convencido ni a los suyos. Todo por no hablar de otros problemas, como el ladrillo, en los que de momento todo se ha quedado en buenas palabras. La semana de las primeras cuentas de Rajoy ha acabado con el Ibex en mínimos desde el verano pasado y la prima de riesgo por encima de los 400 puntos, cifra que con el gobierno socialista el PP consideraba digna de merecer elecciones anticipadas

Ante esta situación, más allá de sondeos, el mejor de los indicadores (y casi el único) que poseemos es el de las elecciones andaluzas y asturianas. Uno de los aspectos de los que menos se ha hablando sobre estos comicios es sobre el deterioro del bipartidismo. En Andalucía, lo veremos, es más que evidente. En Asturias, sin embargo, existe un actor más en la partida, el FAC de Álvarez-Cascos, escisión personalista del PP  y de igual o peor calaña. A los efectos, se podrían meter en el mismo saco, sin embargo su reciente aparición en 2011 hace más complicado el análisis tendencial, al igual que el hecho de que las elecciones autonómicas se celebraran solo un año después de las anteriores por la particular crisis de desgobierno de la región.
Por su importancia demográfica y política, podemos resaltar 3 datos muy relevantes sobre Andalucía que no se han comentado con demasiada profundidad en los grandes medios y que pueden ayudar a entender lo que suceda en el futuro.

1. El Partido Popular se dice ganador, pese a no poder gobernar después de 4 intentos fallidos, y el PSOE se da con un canto en los dientes y habla de la rebelión andaluza contra la derecha. A los dos se les olvida precisar que el auténtico ganador de estos comicios ha sido la abstención, un 37,77% optó por no votar, por encima de los apoyos de PP o PSOE.

2. El PP, flamante ganador de las elecciones andaluzas con el imbatible Javier Arenas a la cabeza, ha perdido más de 162.000 votos respecto a la anterior cita autonómica de 2008 y más de 414.000 respecto a las elecciones generales del pasado 20N, ¡y sólo en 4 meses! Un exitazo. Y menos mal que retrasaron los presupuestos.

3. EL PSOE, pese a haber salvado los muebles también sufre un fuerte revés: 654.000 votos menos que en las anteriores elecciones andaluzas, que se dice pronto; y 67.000 respecto a las generales de noviembre.

Así las cosas, pueden comprobarse varias tendencias. En primer lugar, la gran capacidad del partido en el gobierno para causar desafección entre sus votantes. Le ocurrió al PSOE durante 3 años hasta que convocó elecciones anticipadas y le acaba de suceder al PP en Andalucía. En segundo lugar, la poca destreza de ambos partidos para rentabilizar en términos electorales una oposición a priori fácil por el escenario económico. El PP apenas logró 600.000 votos más que en 2008 tras tres años de oposición nada constructiva con el país yendo a la deriva; el PSOE aún no ha tocado fondo y sigue bajando, como se demuestra en los comicios andaluces.

En tercer lugar, el evidente el retroceso del bipartidismo, que ya se reflejó el 20N tras el descalabro del PSOE quemado por 3 años de crisis, ataca ahora al PP, incapaz también de convencer y contentar a los mercados y a los ciudadanos al mismo tiempo. En sólo 4 meses el PP ha perdido 414.000 votos en Andalucía y el PSOE 67.000, una cifra más modesta pero acorde con la caída sostenida que sufre el PSOE desde antes incluso de la crisis. En total el PPSOE, las marionetas del sistema económico que nos exprime, ha perdido en 4 meses casi medio millón de votantes solo en Andalucía. 



El antecedente griego


Así las cosas, esta situación llama poderosamente la atención al compararla con el caso griego y quizás éste nos sirva de paradigma para dilucidar nuestro futuro. En el país heleno hubo un gobierno de Nueva Democracia (el PP de allí) que, tras una feliz primera legislatura y ganar de nuevo, se vio obligado a convocar elecciones en 2009 debido a la crisis y a su gestión, digamos, poco transparente. ¿Os suena? ¿Algún parecido con el PSOE en España 2 años después? La Nueva Democracia perdió su mayoría, se hundió y dejó el camino libre para el PASOK (el PSOE griego), que alcanzó la mayoría absoluta sin mucho esfuerzo, prometiendo nuevas políticas y “el cambio” para Grecia. ¿Os sigue sonando la canción? 


Manifestación frente al parlamento griego 5 meses antes de la dimisión de Papandreu
Ese nuevo gobierno, liderado por Papandreu entró con fuerza, prometiendo que cumpliría con el pueblo griego y con las exigencias de la Troika  para su rescate. Ni lo uno, ni lo otro. La mayoría absoluta del PASOK duró media legislatura. Las presiones internas y externas que sufría el país y el llamativo órdago de Papandreu sugiriendo un referéndum al pueblo griego desencadenaron la desestabilización del ejecutivo y la creación de un gobierno de concentración con la entrada de la Nueva Democracia y el partido de extrema derecha LAOS. El renovado gabinete, con el tecnócrata Papademos a la cabeza, fue el encargado de aprobar las medidas para el segundo rescate griego mientras las calles de Grecia ardían. En un mes habrá elecciones y en los sondeos la suma de los dos partidos mayoritarios -el PPSOE griego: Nueva Democracia y PASOK- no alcanzan el 35% de los votos. ¿Qué será de Grecia?
Hasta cierto momento los parecidos con España son incontestables, aunque los papeles estén dados la vuelta. Los mercados y la Troika siguen apretando a nuestro país, por lo que el gobierno ya ha anunciado que los próximos recortes irán a por la educación y la sanidad. ¿Será la mayoría absoluta de Rajoy más fuerte que la de Papandreu? ¿Podrá llevar a cabo todas las medidas que le exigen desde Europa? ¿Terminará Mariano su legislatura? ¿Habrá gobierno de concentración? ¿Arderán las calles españolas? ¿Seguirán siendo hegemónicos PP y PSOE en las próximas elecciones generales?

Eduardo Kaczynski @eduardo_EOG

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