666 Park Avenue o “De cómo vender terror y dar sustitos”

Antes de nada, camarada: si vienes buscando otra serie de terror al estilo American Horror Story date media vuelta. 666 Park Avenue se presenta como una de las series más aptas de la temporada -si lo comparamos con la siembra que este año podemos encontrar- pero en absoluto aspira a pertenecer al género del terror intenso. O quizás sí lo intenta y a su director, David Wilcox, le han caído encima todos los impedimentos que conlleva emitir en una cadena pública como es ABC y en un horario tempranero.

 Pongámonos en antecedentes para los que no se hayan tomado ni la molestia de entrar en Wikipedia. El edificio Drake de la Ciudad de Nueva York, una especie de hotel residencial, está dirigido por Gavin y Olivia Doran, dos poderosos personajes de la alta esfera de la urbe. Una pareja de novios recién llegados a la ciudad aparecen entonces en escena. Ella, Jane Van Veen, será la encargada de retocar los desperfectos del edificio y será nombrada responsable de la comunidad, mientras que él, Henry Martin, se dedicará a curtir su carrera política repleta de grandes aspiraciones. Lo que van descubriendo poco a poco es que el Drake tiene una historia oculta y más de un muerto entre sus paredes.

La presentación de los personajes durante el episodio piloto es bastante efectiva. Una imagen bien cuidada -incluso demasiado photoshopada, diría yo- y una trama sencilla que coloca a cada uno en su lugar y nos deja ver quiénes son los antagonistas. Sin embargo se nos queda una sensación en el cuerpo de no saber si continuar o no con el siguiente capítulo.

Si le damos una segunda oportunidad veremos que en los siguientes tres capítulos - “Murmurations”, “The Dead don't stay Dead” y “Hero Complex”- la serie va tomando forma y que deja claras sus intenciones. La protagonista, con su imperturbable necesidad de toquetear las cosas se va labrando su destino entre sueños y realidad. Junto a su novio Henry forman una pareja interesante a la que algunos tachan de empalagosa; nada más lejos de la realidad, son un par de muchachos de provincia con ganas de triunfar en la Ciudad de las Posibilidades. Las tramas de los vecinos del edificio también van proponiendo algunos conceptos jugosos a simple vista -del voyeurismo y la cleptomanía a los personajes de textos hechos realidad, versionando terrorificamente a la reciente Ruby Sparks-. Los fantasmas, los asesinatos y la corrupción política se mezclan desde el primer capítulo para darle ese verdadero toque oscuro a la serie.

Los personajes, por otro lado, parecen cumplir bastante bien las expectativas. Al principio se hace extraño ver a un John Locke -Terry O'Quinn – haciendo de siniestro embajador del diablo pero hay que reconocer que es una de las figuras que aguantan la serie desde el principio. Su mujer Olivia -Vanessa Williams -, en cambio, parece no haber salido de su papel de Renee Perry en Mujeres Desesperadas y se mantiene como mordaz esposa con un carácter al que le queda todavía bastante que desvelar.

Los resultados iniciales no han sido excepcionales para la producción, que llegó incluso a bajar un 19% de audiencia del primer capítulo al segundo en Estados Unidos. En España apenas acaba de estrenarse en Calle 13 y las primeras reacciones demuestran que, a pesar de que la serie dé una buena imagen, parece desinflarse nada más comenzar. Culpa de ello puede ser que no se nos regale todo lo que estábamos esperando. Miren uno de los trailers para el lanzamiento en España:

La serie se desmonta a sí misma una vez vemos el primer capítulo. Ni se obtiene el ritmo que se nos vende ni encontramos ese terror que nos augura el vídeo. Está claro que el jugar con las esperanzas depositadas en una serie le está pasando factura a 666 Park Avenue. Quizás si en lugar de jugar con los espectadores les hubieran adelantado que se trata de un thriller con tintes de suspense/terror se hubieran ahorrado más de un disgusto. Sin embargo creo que la serie, como tal, no va tan mal encaminada. Me parece que incluso le daré un par de capítulos más, pero lo que sí está claro es que uno de los estrenos que se planteaba como más potente para este año se ha quedado en mucho menos de lo anunciado. Para la próxima, señores de ABC – y aunque sea de refilón, también a los de Calle 13- tengan cuidado con lo que venden si no quieren que les vuelva a salir rana lo de anunciar terror y no llegar ni a sustito.

Chémi Pérez @chemi_perez