Trucos para pagar un precio justo por el transporte de Madrid

Editado 13 de abril: Muchas gracias a quienes habéis compartido vuestros trucos para pagar un precio adecuado por el transporte público a través de los comentarios, a quienes habéis difundido por vuestras redes esta pequeña guía contra los abusos de ese 1% que hoy nos quiere robar también -otra vez- la capacidad para movernos por la ciudad. No dudéis en seguir haciéndolo. ¡Nos vemos! PPM

Corría el cuarto año de crisis en España y, mientras acudía a la inauguración de un campo de golf en su coche oficial, a la señora presidenta de la Comunidad de Madrid se le ocurrió subir por enésima vez el precio del transporte público. Se le había olvidado que dijo que no lo subiría, pobre.

En resumen: todos los títulos de viaje suben una media del 11%, el Metrobús costará 12 euros desde mayo y el sencillo llegará a 2 euros en junio. Y ya es el noveno 'tarifazo' en siete años. Una vez más, toca a los más pobres (los que no nos movemos en coche) pagar el pato de la crisis que no hemos provocado. Una vez más, estudiantes y currantes, para los que el transporte público es una necesidad diaria, y los mismos que le pagamos a nuestra alcaldesa su coche oficial, su gasolina y su chófer para ir a la peluquería.

¿Crisis? Esto es una estafa. Acordaos de que desde hace poco a los ricos que no pagan impuestos en España se les trata (aún más) como a reyes. O que a los turistas religiosos de la JMJ, tan sufridos ellos, se les rebajó cristianamente la tarifa hasta un 80%. En la calle, los madrileños lo tienen claro. Hemos salidos a preguntarle cuáles son sus “truquinis” para seguir usando autobuses y Metro sin perder un riñón. Esto es lo que nos han contado:

1. Ángela. “El metrobús infinito”

 “No por viejo, deja de funcionar, el billete de 10 viajes que en 2006 costaba 6,10€ y ahora costará 12 puede ser muy rentable. Basta con colocar cinta adhesiva (algunos recomiendan una marca en concreto) sobre todo el billete salvo la banda magnética. Luego lo usas normalmente. Si te lo piden, depende de lo bien que te haya quedado, se lo enseñas o no. Viajar sin billete supone una multa de 20 veces el billete sencillo. Puedes no pagarla, si no tienes ingresos -como yo que soy estudiante- o confiar en que no te pillarán más de 1 de cada 20 veces que te cueles. Cuando la superficie de cinta adhesiva del billete se llena, basta con retirarla y... voilá! billete nuevo. Frotando un imán, el típico de nevera vale, sobre la banda magnética desaparece también el recuento de billetes que no se ve, con lo cual, ya se puede ir a una taquilla y pedir que te cambien el billete porque no te funciona. A mí me daba vergüenza al principio, pero basta con recordar cuando Esperanza Aguirre decía que tenía problemas para llegar a fin de mes y se me pasa”.

2. Nicolás. “Mi abuelo me invita al transporte”

“Mi abuelo, que vivió la guerra y conoce lo que es pasarlas canutas solo para ir trabajar, se las sabe todas. El usaba su abono, que vale para todas las zonas, pero ahora no se mueve mucho del barrio. Yo voy a la Universidad a Fuenlabrada que, curiosamente, coincide con el principio de la zona B2 y el abono vale un pastón, más a partir de los 23 años. El mismo día que cumplí esa edad me regaló su abono con tarifa de jubilado a su nombre, con un precio bastante más asequible. Si me lo piden no lo doy y, como soy estudiante y no tengo ingreso ninguno no pago la multa. Ojo, porque si te lo pillan la multa es mayor que si viejas sin billete. Un amigo mío usa la técnica de Rajoy con los periodistas: salir corriendo mirando a otro lado”.

3. Mariano. “Mi hermano pequeño perdió su abono y luego lo encontró, pero ya tenía otro y ahora me lo deja”.

“Resulta que mi hermano pequeño perdió abono B1 joven un día al volver de la universidad y, casualidades de la vida, lo encontró en la mochila el mismo día que le llegó el nuevo que había pedido. Estos jóvenes no saben buscar. Total, que yo que ya pagaba abono de adulto me encontré con un abono joven de un chico casi igualito a mí, pero sin barba, y por casi 20 euros menos. Siempre que me lo piden los revisores se lo he enseñado y me creen, salvo una vez, que me mosqueé. Desde entonces, llevo pegada una foto de carné mía sobre la de mi hermano en la tarjeta del abono, mano de Santo.”

4. Mario. “En mi barrio, nosotros ponemos el precio que creemos justo”

“En la asamblea de mi barrio ya hace mucho tiempo, desde que empezó la escalada de precios del transporte, que nos preocupamos por el asunto. Como la mayoría somos currelas o estudiantes y además el barrio está muy mal comunicado, las subidas de precio son una putada. De forma que cuando vamos en metro, por ejemplo a la manifestación del 15 de Octubre, compramos menos billetes de los que somos y pagamos entre todos, así es más justo. En el autobús, hacemos lo mismo, conocemos de toda la vida a los conductores, que en el fondo son igual de currantes que nosotros, y siempre acabamos convenciéndoles de que no vamos a pagar todos, simplemente porque no tenemos dinero pero necesitamos movernos. Y no por capricho.”

5. Christine. “Quienes sufrimos el trastorno “Memetro” ya tenemos una asociación”

“Memetro es un tipo de trastorno de la memoria, durante el cual el individuo es incapaz de recordar que, según la normativa vigente, hay que validar el título de transporte. Este trastorno puede deberse a un evento traumático casi siempre relacionado con la subida abusiva de las tarifas o el mal funcionamiento del servicio. A día de hoy el Memetro no está reconocido por los organismos oficiales competentes. Esta situación dificulta la normalización y aceptación del trastorno en el tejido social.”

“La misión principal de la entidad es la de dar soporte y apoyo a la población que padece de Memetro. Muchas personas usuarias viajan sin título de transporte o sin haberlo validado. Esto supone que si se encuentran con uno de los esporádicos controles, las personas con síntomas de Memetro pueden sufrir sanciones. Como asociación que  fomenta la interconexión entre individuos, memetro.net utilizará las cuotas de las y los asociados para formar un fondo común que sirva para sufragar colectivamente las posibles sanciones impuestas a los asociados. Ya hay grupos organizándose en Barcelona y Madrid”.

Los madrileños han hablado, si tú también lo eres y sufres con el robo diario y la poca vergüenza de nuestros políticos, comparte tus trucos en los comentarios ;)

Recuerda,  el transporte no  es sólo un derecho, es una obligación que nos impone la metrópolis para desplazarnos a los centros de trabajo o de estudio, por lo que el robo es aún mayor, pues no podemos evitar pagarlo, es una subida de impuestos a las rentas más bajas.

Eduardo Kazcynski @eduardo_EOG

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