"Los
dos eran bien políticamente incorrectos y ponderaban McDonald's. Les encantaba
que fuera el único lugar que daba trabajo a las personas mayores, a las viejas
que no tenían nada que hacer de sus vidas; McDonald's, incluso con el payaso
ridículo y pederasta de Ronald, era el único lugar verdaderamente democrático
que conocían. Todos hacían fila, y aquello que obtenían no era más que aquello
a lo que podían aspirar; los downs treintañeros sonreían metidos en sus
uniformes, sin llegar a tocar el dinero. A veces era un limbo de villeros, pero
en general no limosneaban adentro y la clase media y la bajan podían vivir en
paz."
Pola Oloixarac, Las teorías salvajes. Alpha Decay, 2010, página 50.
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