"Los músicos tenemos que quitarnos el frac y acercanos más al público"
Si hay una profesión o actividad cultural minusvalorada, despreciada y castigada en muchas ocasiones, esa es la música clásica. Ernest Hemingway dijo un día que la obra clásica era
aquella que todo el mundo admiraba pero que nadie leía; pues bien, en el
caso de la música clásica ni eso. La admiración por ella va in
decrescendo mientras la cultura se empobrece a pasos agigantados en un
vertiginoso accelerando. La sociedad no conoce la verdadera realidad
sobre la música clásica, al contrario que Carlos Garcés, director de
orquesta trotamundos a sus escasas 26 primaveras. Bien sabe que la
música no regala nada a nadie y que los principales valores para
cualquiera que se quiera dedicar a esto son el trabajo y la dedicación.
En España escasean las oportunidades en todo lo que lleve el sello
“cultural”. Por eso, este joven director tendrá que buscar su oportunidad
desde el exilio, más concretamente desde el prestigioso conservatorio Codarts de Rotterdam.
¿Con cuántos años se empieza en el mundo de la música?
Depende, cada vez más pronto. Ahora los niños que empiezan son muy pequeños. El problema es que en ocasiones se obtienen buenos resultados y en otras no. Meter presión a chavales de 5 años para estudiar varias horas al día es un tema complicado. En mi caso en particular empecé a los 6 años, primero recibí clases particulares de guitarra y luego entré en el conservatorio.
¿Por qué tan pronto?
Como casi todos, por obligación de los padres (risas). Creo que a la mayoría de los músicos nos ha pasado esto.
Y a partir de ahí, ¿qué te aporta la música?
La música me lo ha dado todo, desde tocar en bandas o poder dirigir orquestas hasta mis mejores amigos.
Has dicho que empezaste muy joven y supongo que las aventuras se habrán sucedido pero ¿cuándo te diste cuenta de que realmente querías dedicarte a esto?
Son muchas cosas las que ocurren en esos años, se cambia mucho y al principio nunca tienes claro el poder estudiar música. Yo hasta el quinto año más o menos no lo tenía decidido. Ten en cuenta que es una carrera muy larga, 15 años.
Muy larga y con muchos sacrificios…
Claro, son muchas horas de estudio, hay muchísima competencia y competitividad y además ahora, con los tiempos que corren, si hay que recortar en algo se hace en cultura…es un tema complicado según como está el panorama.
Aprovechando esto último y haciendo un símil taurino, voy a seguir insistiendo con la muleta. Como bien has dicho, estamos atravesando un momento muy difícil en el plano económico que está afectando a toda la sociedad y el mundo de la música clásica no iba a ser una excepción. Se habla de recortes en conservatorios, bandas, orquestas… ¿cómo le afecta esto a un músico o a un director de orquesta?
En estos momentos, la situación no es buena. Recortar en cultura siempre es malo. Ya lo ha dicho últimamente el propio Vargas Llosa: sería una tragedia que la cultura se convirtiera en un mero entretenimiento y empezar a recortar por ahí sería el primer paso para que se convirtiera en eso, un mero entretenimiento. Eso sí, quieras o no, con todos los recortes que se están haciendo, el escenario que se nos presenta puede ser hasta bueno para los jóvenes directores de orquesta.
Explícame eso que puede sonar muy raro…
La cuestión es que en las orquestas se pretende reducir los presupuestos y los cachés de los músicos. Hasta ahora, se podría decir que las orquestas han estado funcionando de manera parecida a los equipos de fútbol; se han estado pagando cachés exagerados, desorbitados, astronómicos. Por eso, a la hora de hacer conciertos, no me refiero a grandes conciertos en grandes auditorios sino a otros más modestos, puede que se tire de directores más jóvenes que cobramos menos y que necesitamos experiencia. Creo que puede crearse una gran simbiosis ahí.
Siguiendo con el tema de la crisis. Desde fuera se ve que el universo de la música es un mundo muy difícil para trabajar. En tu círculo de amistades, ¿cómo está el asunto?
La mayoría de mis amigos son músicos, y después de hablarlo con ellos veo que el panorama no es bueno. Solo hay uno de ellos que actualmente está trabajando con plaza fija. Es muy difícil, muy complicado trabajar en el mundo de la música. Actualmente no salen plazas para tocar en orquestas o bandas. Es más, tenemos suerte de que no se recorta en las plazas ya existentes. Seguramente veremos un vacío musical de varios años hasta que se vuelvan a sacar plazas para músicos como se venía haciendo años atrás.
Vamos a cambiar un poquito de tercio. Tú has estado estudiando en Italia, ¿Cómo se vive la música por allí? ¿Es muy diferente a España?
La música se vive de una forma muy diferente. Me acuerdo que un día, en un ensayo, mi profesora me comentaba que si allí llamas a un número de teléfono cualquiera de un listín telefónico y le cantas un aria de ópera al azar, te la siguen, saben tararear la melodía sea cual sea su profesión, aunque no sea un músico. Se trabaja mucho la ópera, al contrario que en España. Es algo que me abrió los ojos ya que era un género al que nunca me había acercado.
¿Y laboralmente?
Posiblemente estemos muy equiparados, están recortando también mucho en cultura. Está pasando lo mismo que en España, se ha pagado demasiado a algunos cantantes y ahora están empezando a apostar por músicos jóvenes que no tienen por qué hacerlo peor. Como he dicho antes, las orquestas deberían brindarnos su confianza, no les defraudaremos.
¿Crees que la crisis puede llegar a suponer un resurgimiento cultural y dar la oportunidad a una nueva generación de músicos jóvenes?
Puede dar la oportunidad a algunas personas pero para otras puede significar su hecatombe porque no les va a surgir nunca esa oportunidad. Es posible que salgan algunas oportunidades que antes no surgían pero la realidad es que antes se creaban muchas orquestas, lo que equivalía a ochenta puestos de trabajo nuevos por cada una. Ahora te hablo de que salen uno o dos puestos nuevos en el mejor de los casos. Está muy complicado, las orquestas prefieren tener plantillas más cortas que sustituir las plazas de sus músicos jubilados, así se ahorran esos sueldos.
Ahora vamos a pasar al ámbito más musical. Si sales a la calle y preguntas que cuál es la labor de un director de orquesta, muchas personas te dirán que es mover los brazos de un lado a otro. ¿Qué supone, en realidad, dirigir una orquesta?
Lo que yo hago en la Orquesta Lira Numantina es algo un poco suicida. Me ocupo de prácticamente todo junto con mi gerente, desde el alojamiento de los músicos hasta el menú de las comidas. Pero esta no es la labor normal de un director de orquesta.
Entonces… ¿Cuál es?
Pues por ejemplo lo que yo hago en la orquesta de Palencia. Todo es más fácil si hay un equipo directivo detrás. Así llegas y diriges…te centras más en el plano musical, en la propia música. Eso es lo que más te aporta, al igual que a los propios músicos y al público que va a los conciertos.
¿Cómo es eso de centrarse en el plano musical?
Lo primero que tienes que hacer es una preparación previa basada en conocer el repertorio. Todo empieza por conocer al compositor, el momento en el qué han escrito la obra etc. Lo segundo es el ensayo; llegar y ver los fallos, las cosas que se pueden mejorar y a partir de ahí darle tu propia interpretación. Lo último es el concierto, donde demuestras lo que has estado trabajando en las fases anteriores.
Mira, yo antes de director fui flautista y dejé la flauta por los nervios que pasaba en el escenario. Así de claro. Entonces, tuve la suerte de dirigir agrupaciones como la coral de Soria o como la Banda Municipal de Soria, donde era subdirector, y me di cuenta de que dirigiendo no tenía ese problema. Últimamente he tenido la oportunidad de dirigir orquestas grandes y aún así, no he vuelto a estar nervioso.
La gente joven está muy lejos de la música clásica, como profesional de la música, ¿hacia dónde crees que hay que ir para que la música clásica se acerque a la gente joven?
Yo lo que veo en los conciertos es que no va mucha gente joven, creo que tenemos que acercarnos a ese público y explotarlo. Desde el año pasado hacemos conciertos didácticos con la orquesta Lira Numantina y me acuerdo que mi profesor, amigo y gran director, Odón Alonso, ya fallecido, me comentaba que hay que hacer estas cosas para que dentro de unos años siga viniendo gente a los conciertos; crear el público del futuro. Es más, la mayoría de gente de mi edad que no viene a los conciertos es porque realmente no saben lo que es. De hecho, cuando invito a amigos que nunca han estado en un concierto, alucinan y repiten al siguiente encantados. Es fundamental acercarse al público, tenemos que quitarnos el frac y ser más cercanos. No podemos seguir en esa época en la que los músicos eran idolatrados y vivían a otro nivel.
Y la última. Eres un director joven, con todas las aspiraciones del mundo, con toda la carrera musical por delante… ¿cuál es tu sueño?
La verdad es que con lo que sueñas es lo mismo que en otras profesiones, poder trabajar en orquestas profesionales importantes y seguir viviendo la música como una pasión, como lo vivo ahora. Ese es el secreto para que salga bien. Se puede decir que todo futbolista que juega bien es porque lo disfruta, y en la música pasa lo mismo, ese aspecto es básico. Pasarlo bien y disfrutar marca la diferencia.
Enrique Delgado Sanz (texto) @delsanz
Nacho Barranco Frías (fotografía) @ridesbikebf
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