lunes, 4 de marzo de 2013

Otra educación

Ilustración: Edén Barrena

Las protestas se suceden contra la política del Ministerio de Educación y los gobiernos autonómicos. La última ha sido la huelga en colegios e institutos contra la mal llamada Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), cuya redacción está ultimando el ministerio dirigido por José Ignacio Wert. Además, ya hace más de un año que la Marea Verde se moviliza para defender la educación pública de los sucesivos recortes perpetrados con la excusa de la crisis, desde la educación infantil hasta la superior. La próxima cita es la huelga universitaria del día 14.

Parece que la necesidad de salir a la calle para defender la educación pública no nos deja tiempo para reflexionar un poco más despacio sobre el tipo de educación que queremos. La LOMCE incluye algunos cambios profundos como la creación de reválidas en primaria y secundaria o la separación temprana de los alumnos en un itinerario académico y otro profesional. Sin embargo, estas reformas han pasado casi desapercibidas en el debate público.


¿Por qué segregar a los alumnos a los 14 años agrava la desigualdad social? ¿Qué tipo de evaluación es la mejor para facilitar el aprendizaje? ¿Por qué son importantes las asignaturas artísticas? ¿Tenemos que defender a toda costa la Educación para la Ciudadanía? ¿Cómo de útiles son las nuevas tecnologías? ¿Qué lugar tienen los padres en el sistema educativo? ¿En la escuela se aprenden contenidos útiles, se aprende a ser un ciudadano libre e informado… o se aprende a obedecer? ¿Qué hacemos con la formación profesional? ¿Es posible una universidad que no esté al servicio del mercado? ¿Qué alternativas existen al sistema educativo del Estado?

El objetivo de esta sección es responder a preguntas de este tipo,  partiendo de la actualidad pero profundizando en las respuestas más de lo que es habitual en los medios de comunicación. Para ello, recurriremos tanto a trabajos académicos como a los ejemplos de otros países. Porque, para seguir defendiendo una educación pública y de calidad, debemos reflexionar sobre qué educación queremos.


Pablo Castaño Tierno

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