miércoles, 9 de mayo de 2012

Entrevista con Miguel Urbán

“El mundo está ocupado, y nosotros queremos rescatarlo”



Miguel Urbán Crespo, redactor de la revista Viento Sur y militante de Izquierda Anticapitalista, nos recibió el sábado pasado en la librería café La Marabunta. A continuación lo que nos contó entonces:


Eres historiador de formación, para calentar dinos cómo valoras del 1 al 10 a los siguientes personajes:
Karl Marx
Un 8. Podríamos decir casi 9, es uno de los fundadores de un método de análisis de la realidad que realmente ha favorecido la lucha por la emancipación de los sectores subalternos: de los de abajo.
Hitler
-10.  Un asesino, solo le podemos decir... Que un menos diez, ni siquiera merecía haber existido.
Stalin
-1.  Alguien que pervierte la idea del socialismo y lo lleva  a una farsa criminal tampoco se merece ni siquiera tener un 1 ni un 0.
Rosa de Luxemburgo
8: cercano a Marx, un poquito menos que Marx. Sobre todo por la influencia que ha podido tener su obra. Aportó muchísimo al pensamiento marxista, con el concepto de huelga insurreccional y otras cuestiones que yo creo que son muy importantes.
 Trotski
Le vamos a poner un 7. Fue un revolucionario de tuétano, que lo llevaba en los huesos. Lo que pasa es que muchas veces tenía una personalidad demasiado egocéntrica –igual que Marx-, que hacía que algunas veces errara. Lo veo un personaje indispensable para conocer la historia de las y los revolucionarios. Me gusta una cita sobre él, de un compañero de colegio, que decía algo así como que “no había conocido a nadie más ególatra en su vida y lo único que podía controlar su egolatría era sus ganas de hacer la revolución…”
Adam Smith
No le vamos a poner negativo, aunque se lo merecería. No tanto por Adam Smith sino por las lecturas posteriores que se han hecho de Adam Smith. Indudablemente ha sido un teórico de la economía bastante importante… pero no es de los nuestros: un 1.
¿Tienen algo en común entre sí?
Han sido personajes que han marcado en cierta medida una parte de la historia. De lo más terrible de la historia y de lo más impresionante y bonito que la historia ha dado. Pero no creo en la historia de los grandes personajes.

Estamos en la Marabunta, ¿qué vendéis aquí?
Vendemos un poco de todo. No es una librería al uso, ¿no? También mercadeamos, traficamos con sueños igual que otras compañeras y compañeros del barrio, con ideas. Difundimos ideas, no solo las vendemos ni muchísimo menos. Aquí te puedes comprar un buen libro, tomar un buen café y hasta apuntarte a una cooperativa de consumo. Y si eso lo aderezas con una buena charla, ya sea con un amigo o con una buena presentación, define lo que podría ser un proyecto acogedor. A todo esto: es una librería-café en el barrio de Lavapiés.

En febrero de este año apareció “Occupy the world”, que tú editaste con otros compañeros, ¿crees que alguien va a ocupar el mundo pronto?
El mundo ya está ocupado. De hecho nos lo tienen ocupado, yo estaba pensando en llamarlo “Rescatemos el mundo”, porque realmente nos lo tienen ocupado. Nosotros deberíamos recuperar la palabra rescate, que normalmente es ayuda. Cuando vas a rescatar a una persona que se está ahogando, al que teóricamente le ayudan los socorristas, no le hundes más la cabeza para ver si se ahoga. Entonces, el mundo está ocupado, y nosotros queremos rescatarlo. Creo que hay mucha gente que quiere rescatarlo y realmente estamos en un proceso… Ya que hablábamos de Rosa Luxemburgo antes, lo que decía de socialismo o barbarie: en la barbarie ya estamos, solo nos queda llegar al socialismo.

Hablando de todo un poco, ¿qué opinas de la “okupación” con k?
Lo mismo que de la ocupación con c. Yo he participado en el movimiento okupa, si se puede llamar así… Hay un drama, y es que normalmente los medios de comunicación nos ponen los nombres, no somos nosotros mismo los que nos los ponemos. Yo he participado en la ocupación de casas, inmuebles, de pueblos desde los 16 años. Solo puedo decir que apoyo evidentemente la ocupación no solo como  un método de lucha, también como una salida ocupacional o de vida en cierta medida. Ante la rapiña de lo colectivo y de nuestras vidas personales que nos hacen cotidianamente, ante la injusticia, la rebeldía, la desobediencia, el levantarnos, es un deber. Con tres millones de casas vacías, ocupar esos espacios para desarrollarnos social, cultural y políticamente, ocuparlos para darles vida es un imperativo moral.  Sin convertir la ocupación en un fin en sí mismo, porque es un método, una herramienta y no un fin. Pero verdaderamente quien haya ocupado sabe la experiencia política tan totalizante que es, no solo en lo político, sino sobre todo en lo personal, en las relaciones. Desde luego sería recomendable que todas y todos ocupáramos alguna vez.


¿Qué te parece lo más POPpolítico del momento?
Bueno… Habría muchas cosas, ¿no? Por ejemplo Obama haciendo de showman en la última cena de periodistas de Estados Unidos.  Žižek liándose con Lady Gaga también me parece muy pop, verdaderamente. Que los medios de comunicación digan que vamos a acampar en Sol cuando nadie ha hablado de acampar en Sol…

¿Mola el capitalismo?
Mola mazo. Si no, no podríamos entender todos los fans que tiene. Porque sería comprensible que ese 1% de la sociedad que se enriquece viviendo por encima de nuestras posibilidades le mole mazo el capitalismo. Pero no que esa gente que vive por debajo de sus posibilidades vitales, sociales, culturales y laborales le mole mazo el capitalismo. Nos tenemos que enfrentar a eso porque hay gente a la que le mola mazo el capitalismo; lo que tenemos que conseguir es que mole mazo el anticapitalismo.… Para eso hay que crear una cultura antagonista, una cultura del anticapitalismo que esté de moda, que sea bonita: que se baile. En los años 70 ser de izquierdas, aunque fueras rico… era algo como que molaba. Aunque de una manera menos frívola podríamos decir que hay que “construir contrahegemonía política, cultural y social” como decía Gramsci. Eso traducido a un lenguaje más normal es que mole. O eso es lo que entiendo yo, que hay una hegemonía cultural que hace que mole el capitalismo. El problema es que cada vez se resquebraja más, cada vez empieza a ser menos molón.

¿Estás al tanto del conflicto que se está dando en las universidades a raíz del recorte presupuestario?
Más o menos.

¿Qué consecuencias tendrá para las y los estudiantes?
Lo que llevamos muchas veces defendiendo. Yo creo que había habido un proceso de masificación en la universidad con la extensión de los servicios públicos, con lo que podríamos llamar una especie de renta diferida, rescatada de las garras del capital en años y años de lucha. Pero  la universidad, con las funciones que cumple dentro de la sociedad capitalista, de la política, no solo de formación profesional -que también- sino  de construcción de hegemonía cultural y política en un sentido humboltiano… Sobre todo ese espíritu de la universidad de saber mandar, de aprender a mandar, que decía Ortega, de capacitación de cuadros de mando del sistema que habían salido siempre de la universidad, había quedado un poco diluida. Yo creo que estas medidas no vienen solo a recaudar más, que parece el concepto más importante, sino que se trata de recuperar una cierta elitización, aunque solo sea para las clases medias de verdad… Tras los años de la burbuja inmobiliaria todo el mundo se creía clase media. Este “capitalismo popular” que nos habían inoculado, aquello de  que toda la clase obrera tenía que dejar de ser clase obrera porque ya no molaba. Y una realización, por lo menos simbólica de la consecución de la clase media, era el acceso a la universidad. Creo que hay ahí una explicación de la masificación. Creo que estamos ante una vuelta de la elitización de la universidad muy importante, pero no de toda la universidad: de una parte de la universidad. La universidad va a seguir necesitando que siga yendo mucha gente.  Ni siquiera adaptándola al mercado laboral, lo cual es imposible aunque es lo que siempre nos intentaron vender con Bolonia, la universidad puede funcionar sin que vaya mucha gente.

¿Tienes pensado ir a la manifestación del día 10?
Iré, no trabajo por la tarde ese jueves. Sí, soy de esas personas extrañas que en estos tiempos tengo trabajo, y a veces me impide ir a cosas.

¿Qué esperas de este mayo en España?
Lo espero todo y no lo espero nada.  Creo que este mayo puede empezar a pasar de todo. Puede empezar todo, podemos empezar a construirlo todo, o a deconstruirlo todo. Pero no espero, sino que trabajo para construirlo. A veces esperar parece que es como que te sientas y dices: hostia ¿este mayo, que nos traerá? Yo nunca he sido de sentarme, sino de remangarme e intentar cogerlo, no voy a dejar que nadie me dó nada, porque lo único que han hecho ha sido robarnos por estar sentados. Lo voy a intentar tomar, tomar este mayo. Vamos a intentar tomar este mayo.  El 10, el 12,el 22, que parece que va a haber una huelga estatal educación, esperemos… Que del mayo pasemos a un verano movido, a un otoño caliente… Sin hablar de revivals, aunque ahora se lleve todo el rollo retro, el rollo vintage, que ahora se lleva mucho. Recuperar algunas cosas a mí me gusta, pero no todas.

Para finalizar, ¿nos puedes decir un libro, una película y un disco que te parezcan oportunos para esta época?
¿Un libro?  Hay tantos… Entiendo que los libros son instrumentos, ¿para qué queremos ese libro? A mí me gusta mucho la novela, porque los ensayos suelen ser aburridos, de hecho  los universitarios prácticamente no leen, y eso es un problema… Normalmente los ensayos son un peñazo, hay muy pocos que se dejen leer: a mí me gustan mucho más las novelas. Históricas, o con un transfondo político que todas tienen, aunque depende de cómo se haga el trazo. Por ejemplo Q me parece un libro muy interesante, porque es un libro que hace que la gente quiera leer más.
Películas. Ahora entre la izquierda están más de moda las series, yo esperaba que estuvierais más a la moda y me preguntarais por una serie de referencia… Pero si aceptamos las películas, Novecento.  Porque es una película larga, porque el camino que nos toca es largo, y espero que aprendamos un poco de Novecento.
Un disco: soy un desastre para la música... Pero un compañero que murió hace poco tiempo tenía un grupo que yo para joderle le decía que era como Reincidentes pero de Leganés, sin acento del Sur que le daba más gracia a Reincidentes. El último disco que sacaron, ya hace once años fue “No hay derechos” y hacían un videoclip del grupo, Armagedon, que podía encontrarse en Internet. Esa canción del single dentro del disco que sacaron era muy apropiada para lo que está pasando.

¿Y un pokémon?
¿Un pokémon…? Pikachu.


PopPol Magazine

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