"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados"
Groucho Marx
Me permito citar al maestro por dos razones: la primera, para captar su atención; la segunda, cumplida (espero) la primera, es que no se me ocurre mejor forma de describir la realidad política española. Cuando lo pienso, me doy cuenta de que muchas películas de los hermanos Marx tienen más coherencia que los cambios de guion del Partido Popular. Hasta los puros de Mariano y sus férreos principios reforjables me recuerdan a los del gran Groucho. Perdónenme si les confieso que, a veces, cuando veo a Rajoy, pienso: "ahí está el quinto hermano".
Con esto quizá haya quien piense que insinúo que quien nos gobierna es un payaso (en el sentido artístico de la palabra, y el menos peyorativo). Pero que nadie se preocupe, esa es una opinión, pues una gran mayoría silenciosa que no se manifiesta le apoya incondicionalmente desde su elección, acatando sus dolorosas decisiones, aunque el programa electoral se haya incumplido y los objetivos propuestos no se hayan alcanzado; aunque hayamos sido rescatados y nuestra soberanía sea ahora de otros.
Pues bien, en mi ya probada labor de actuar en favor de los intereses de mi nación, y en un ejercicio de democracia, digo, demagogia, voy a echar mano de las estadísticas que tanto gustan a nuestros gobernantes para salvaguardar el honor de nuestro gran soberano, y servir así a la patria.
Empecemos pues:
-Sea, según el INE, 34.289.761 (sin decimales, para mi sorpresa) el número de ciudadanos residentes en España con derecho a voto en el año 2011, y 1.502.174 los residentes en el extranjero con el mismo derecho. Se obtiene, mediante una sencilla suma, un total de 35.791.935 posibles electores. Emplearemos este rango para definir la mayoría, la niña de Rajoy no está incluida porque aún no cuenta con la edad legal para elegir (aunque nos consta que la subida de los chuches le ha hecho cambiarse de partido).
-Además, del número total de españoles censados, 7.445.228 no pueden ni votar ni trabajar por ser menores de dieciséis años, por lo que son inútiles a la nación y sólo suponen gastos (¿no podríamos mandarlos a Alemania, o quitarles alguna tarjeta o derecho?).
-Teniendo esto en cuenta, sea 10.830.692 el número de personas que en su día votaron al Partido Popular. Descuéntese al camarero Alberto Casillas, que el día 26 dejó de ser afín a este partido. El resultado es 10.830.691, siempre y cuando ningún otro votante del PP ha perdido la confianza en su gestión.
-Obtenemos pues, mediante un sencillo cálculo, que la minoría de españoles que podía, pero nunca confió su representación al PP es de 24.961.244, frente a una gran mayoría de 10.830.691 votantes que en las pasadas elecciones decidieron apoyar a Mariano.
¿Está claro, no? Así que, ciudadano de a pie, sacrifícate y trabaja en silencio para cumplir los objetivos de España, que se miden en la rentabilidad de sus grandes bancos y empresas, y en lo poco que malgasta en servicios públicos y en sus ciudadanos. Sois minoría. Silenciosas o no, las mayorías están ahí, y aunque desaprueben las medidas que el gobierno ha impuesto por decreto, la democracia dice que la minoría manda y que, además, es mayoría. Pura demagogia, como esta reflexión.
Nota del autor: por los datos a los que hemos tenido acceso, nada parece indicar que ninguno de los que el 20N votaron al Partido Popular se haya planteado retirar su apoyo por los cambios de programa y los escasos resultados. Por tanto, todo cuanto aquí se ha dicho, al igual que la totalidad de estadísticas y previsiones, son exactos al 100%.
Jaime Cossent Hidalgo
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