Artículo traducido de The Guardian
Tranquila noche en Totnes, pequeña ciudad situada en el condado británico de Devon. En la puerta de la Iglesia Metodista cuelga una nota escrita a mano; reza "Adiós Costa!". Dentro del edificio, una animada discusión entorno a la inminente llegada de la expansiva cadena de café "Costa Coffee". Los 45 participantes exponen el fracaso de la democracia y el vacío de lo que los políticos llaman "localismo"; pero la charla toma verdadero interés cuando se centra en qué ocurrirá cuando la nueva tienda del pueblo por fin abra sus puertas.
"La idea es estar preparado...", dice algo excitado uno de los cerebros detrás de la reunión de esta noche "para que, cuando lleguen, las cosas estén organizadas".