“En Madrid no encontraba nada. Siempre me
quise ir un par de años a vivir fuera y así lo hice. Es cierto que no me gusta
pensar que tengo que quedarme obligatoriamente aquí durante muchos años para
poder tener un futuro."
La
de Sara, traductora en Kassel (Alemania) de 23 años, es una de las más de 7.000
historias que recoge la web www.nonosvamosnosechan.net
en su mapa interactivo. Es genial tener la posibilidad de estudiar un año en el
extranjero, de hacer una estancia de investigación en Finlandia, o incluso de
irte a vivir a América porque te encanta.
Lo malo es cuando esta posibilidad se convierte en la única para buena parte de una generación privada de toda expectativa de bienestar. Cuando la alternativa a la emigración es una beca de 300€ o un contrato en negro la aventura de viajar se convierte en una patada en el culo. Una decisión individual deja de serlo cuando la historia se repite miles de veces cada semana.
Por
eso Juventud Sin Futuro habla de exilio en su
campaña No nos
vamos, nos echan. Poco importan las cifras (es difícil obtener un dato
fiable): el éxodo juvenil es una realidad que todos podemos ver en nuestro
entorno más cercano. Es la investigadora que sólo puede completar su tesis con
una beca en el extranjero, el amigo que se puso a currar en la construcción
cuando terminó la ESO y ahora prueba suerte en Londres, la hermana que se cansó
de encadenar contratos temporales para los que estaba “sobrecualificada” y
acabó haciendo la maleta…
La convocatoria del 7 de abril tiene la virtud de poner rostro a este éxodo, politizando todas esas historias que a menudo se viven en privado. La iniciativa de JSF canaliza la indignación individual, creando una respuesta organizada que pone en la mirada de todos la precariedad de una generación expulsada del pacto social.
Que se vayan ellos fue el primer eslogan lanzado por el colectivo madrileño, pretendiendo darle la vuelta a la situación y señalando a los responsables, tal y como viene haciendo desde su aparición en 2011. Desde que se lanzara la campaña el 26 de febrero, se han ido sumando más de 25 grupos de jóvenes emigrantes que han lanzado convocatorias en ciudades como Londres, Montevideo, Berlín o Nueva York y han dotado a la campaña de sentido más allá de la ciudad de Madrid.
Visibilizar
la precariedad que sigue reinando en los países de destino es otro de los aciertos
de una campaña de comunicación impecable. Si se echa un vistazo a las historias
del mapa, se ve que la gran mayoría sigue sufriendo contratos temporales,
muchísimos de menos de seis meses. Es la otra cara de la moneda que nos enseñan
en Españoles por el
mundo. Vistas las historias del 99%, parece que la moneda está trucada.
Llevamos
desde mayo de 2011 sacudiéndonos la resignación que intentan imponernos los de
arriba. Ya nadie se cree que la emergencia social que estamos viviendo sea
inevitable, sabemos quiénes son los culpables: el PPSOE, la troika, la CEOE.
Son ellos los que nos están echando. El domingo 7 de abril puede ser un momento
de empoderamiento de la juventud, una ocasión para hacernos fuertes estando
juntos, y gritarles que se vayan ellos.
Carlos Heras Rodríguez @CarlosHerasRo
0 comentarios:
Publicar un comentario