Cada vez son más los políticos
que cambian el servicio público por una gran empresa multinacional. Esto
origina algunos conflictos de intereses y perjudica la ejecución de nuevas
leyes en ámbitos relacionados con los sectores que pasan a ocupar. Es legal,
sí, pero…
Luis de Guindos, actual ministro de Economía, trabajó como
consejero delegado de Lehman Brothers, la empresa que dio el pistoletazo a la
crisis financiera mundial. Alfredo
Timermans fue nombrado Delegado de Telefónica en América del
Norte, después de dejar su cargo de Secretario de Estado de Comunicación en
2004. Elena Salgado,
Ministra de Economía y vicepresidenta del gobierno en el mandato de Zapatero,
hoy es presidenta de Endesa Chile. Rodrigo Rato,
ministro de Economía hasta el 2004, fue director general del Fondo Monetario
Internacional (FMI) hasta su dimisión en 2007 y quedó incorporado en enero del
2008 al grupo financiero español Banco Santander; posteriormente pasó a ser
presidente de Caja Madrid y de Bankia (2010).
Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento en el primer gobierno de José María Aznar y diputado por Madrid hasta el 2004, trabaja como presidente del Grupo Carrefour. Manuel Marín, Presidente del Congreso de los Diputados en España de 2004 a 2008 –antes de eso Presidente de la Comisión Europea- pasó a ser presidente de la Fundación Telefónica en ese mismo año a petición del presidente de la compañía Ignacio Sánchez Galán. Francisco Álvarez Cascos, titular del Ministerio de Fomento preside ahora en España la tecnológica mexicana Softtek. El expresidente del gobierno del partido socialista, Felipe González, se pasó a la multinacional Gas Natural y el expresidente José María Aznar a Endesa.
Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento en el primer gobierno de José María Aznar y diputado por Madrid hasta el 2004, trabaja como presidente del Grupo Carrefour. Manuel Marín, Presidente del Congreso de los Diputados en España de 2004 a 2008 –antes de eso Presidente de la Comisión Europea- pasó a ser presidente de la Fundación Telefónica en ese mismo año a petición del presidente de la compañía Ignacio Sánchez Galán. Francisco Álvarez Cascos, titular del Ministerio de Fomento preside ahora en España la tecnológica mexicana Softtek. El expresidente del gobierno del partido socialista, Felipe González, se pasó a la multinacional Gas Natural y el expresidente José María Aznar a Endesa.
Esto es lo que se conoce
como el efecto de las “puertas
giratorias” que, básicamente, consiste en dejar un despacho de alto cargo
público para pasar a ocupar otro despacho, esta vez de presidente, consejero,
asesor, director, etc. de una gran empresa privada con intereses en mercados
fuertemente intervenidos. Todo ello suele ir aderezado con buenas dosis de
intereses, cambios en las regulaciones y falta de información en los medios
tradicionales. Hay quien incluso utiliza la palabra corrupción para referirse a
ese entrar y salir de la administración pública hacia empresas de gestión
privada.
Lo primero que se viene a la cabeza es
¿existe alguna
regulación al respecto? El 11 de Abril de 2006 se publicó en
el Boletín Oficial del Estado
la Ley 5/2006 de Regulación de Conflictos de Intereses de los Miembros del
Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado, que
remplazaba otra de 1995. Por desgracia, como la mayoría de regulaciones, la Ley
5/2006 tiene algunas “lagunas” que sólo sirven para engrasar las puertas
giratorias y hacer que cobren más impulso. Por ejemplo, la norma dispone que
“durante los dos años siguientes a la fecha de su cese, los altos cargos no
podrán desempeñar sus servicios en empresas o sociedades privadas relacionadas directamente
con las competencias del cargo desempeñado” y Elena Salgado fichó por la
compañía eléctrica y de gas Endesa tan solo unos meses después de abandonar su
cargo como Ministra de Economía. La clave es que Salgado firmó su contrato con
la filial chilena de la empresa. Hecha la ley, hecha la trampa.
Desgraciadamente, esto no es algo nuevo,
sino que es tan viejo como los propios sistemas de gobierno. Los trasvases de
lo público a lo privado no entienden de color político o ideología –hay casos
en las filas de PP, PSOE y partidos autonómicos como PNV-, ni tampoco son un fenómeno
aislado en nuestro país. Sucede también en gobiernos como el
estadounidense o el británico y, teniendo en cuenta que el tamaño de
la empresa suele ir acorde con la importancia del país, sólo podemos imaginar
lo que supone que un mandatario estadounidense quede al frente de una
multinacional energética.
Lo siguiente que nos planteamos es ¿por qué
no se cambia la legislación? Pues la respuesta es simple: porque a los
partidos políticos no les interesa. El mandatario de turno nunca legislará en
contra de una gran empresa – como pueden ser Telefónica, Endesa o Gas Natural-
porque una vez que acabe su periodo de mandato tendrá que pasar a formar parte
de ella. Descubrimos entonces que se gobierna sólo para gobiernos y
empresarios, que al final acaban siendo los mismos. Ahora es mucho más sencillo
entender por qué gobierne quien gobierne nunca vemos cambios reales en temas
como política medioambiental o eléctrica. Según los datos hechos públicos por Democracia Real Ya, cuyo grupo de trabajo de Economía ha realizado una investigación al
respecto, el 10% de los consejeros de empresas del IBEX-35 (con una media
salarial cercana al millón de euros anuales) han ocupado importantes cargos
políticos en los últimos Gobiernos del PSOE y del PP.
Lo último que pensamos es, ¿qué hacemos
para cambiarlo? Lo fundamental es dar a conocer estos datos. Muchos
medios de comunicación no los cuentan, o cuentan sólo parcialmente las noticias
recogiendo los nombramientos, sin explicar las causas y las consecuencias. Así
se puede dar comienzo a una queja generalizada. Es ingenuo pensar que de la
noche a la mañana vamos a poder cambiar las reglas del juego, pero nosotros los
ciudadanos no tenemos nada que perder y sólo podemos ganar. Aquí es donde
tenemos que cuestionarnos qué clase de democracia es esta, cuando la igualdad
no aparece ni por casualidad.
Iera Herranz Zubieta @ieratxo
Tofo eso que dices comstituye una gran verdad y tristemente forma parte de la realidad de este país
ResponderEliminarque cada vez resulta más decepcionante y desesperanzador