jueves, 14 de febrero de 2013

Luis Tosar: “A La cena de los idiotas me llevaría a Rajoy”



Harían falta cinco días completos para poder ver toda su filmografía; el incombustible Luis Tosar no ha parado de rodar desde 1998. Quizá sea su imponente voz la que le llevó a interpretar al mismísimo George Washington en el videojuego Assasins Creed 3, o su mirada penetrante la que ha convertido a los “chicos malos” en su especialidad. Pero poco queda del temible Malamadre cuando se sube a un escenario a cantar “Girls just wanna have fun” con su grupo Di Elas. Polifacético, trabajador y comprometido, Tosar, dueño de frases como 'cuando la política entra en los movimientos sociales, los desvirtúa', no tiene pelos en la lengua. Puede que esta actitud desenfadada sea la que lo hace tan atractivo para las mujeres, aunque él asegura que tiene más éxito con las abuelas
Dejando de lado su modestia, que aflora cuando nos confiesa que todos sus Goya los guarda su madre, los complementos de Tosar son incontables: toca la armónica y baila breakdance sin necesidad de llevar los pantalones por las rodillas. Hace apenas dos meses estrenó Operación E y ya tiene otro proyecto con Daniel Monzón: El niño, que comenzará a rodar en abril. No se le pueden poner puertas al campo, y a este gallego menos.

Desde 1998 llevas haciendo como mínimo una película al año, ¿tienes pensado tomarte unas vacaciones?
(Risas) ¿Unas vacaciones de cuánto tiempo? No, no sé. Generalmente colaboro en muchas películas pero haciendo pequeños papeles, por lo que parece que actúo más de lo que realmente hago. Además, ahora la temporada de premios es cada vez más extensa y la promoción dura más. Antes grababas y ya casi te olvidabas, ahora estás promocionando cosas que has hecho hace meses mientras tienes otras entre manos. Pero el trabajo siempre es bienvenido.

Hubo un tiempo en el que también compaginabas tu carrera como actor y cantante con la política. ¿Crees que el posicionamiento político favorece a los actores o…?
No (risas). No, favorecer no. No creo que favorezca nada.

¿Y les perjudica?
Perjudicar… bueno, les puede perjudicar como a cualquier otra persona que dé una opinión sobre esos temas, vivimos en un país que está muy polarizado en ese sentido. En España hay dos mitades muy claras ideológicamente hablando. Corres el riesgo de que el público achaque un poco las cosas que haces a tu partido de cabecera, pero creo que también es interesante que haya una cierta transparencia y que la gente pueda expresar su opinión política. Creo que en otros países ocurre y no veo que sea desastroso, en absoluto. El debate político y el diálogo social deben ser muy importantes para los ciudadanos; es muy interesante que la gente se pronuncie. 

Para mucha gente, la política no ha dejado de ser un tabú…
Creo que ese es uno de los grandes errores de nuestra sociedad. Los ciudadanos, aunque no lo queramos, estamos involucrados en la política, de manera directa o indirecta. La política nos afecta aunque no nos guste. Entonces no me parece tan grave hablar de ella porque todo lo que hacen los políticos a diario influye en tu vida. Yo creo que esa falta de transparencia la estamos viendo muy clara en nuestro panorama actual. Hay muchísima corrupción política precisamente porque no se habla de nada. Como el caso Baltar, que de repente aparecen cien personas que estaban directamente enchufadas por él, y el tipo sale imputado. Este tipo de cosas se produce también por eso: de lo que no se habla se borra. Ahora parece que esto está cambiando y la gente se anima a hablar más, pero en cualquier caso es una decisión personal, para eso está la libertad de expresión. Si uno quiere, que se exprese, y si no, no.

¿Te consideras independentista?
No. Yo estuve en las listas del BNG, que se puede asociar con el independentismo, pero en el momento en el que yo estuve tenían las cosas un poco más claras en el sentido de que había una apuesta política de izquierdas muy constructivas. Creo que ahora la cohesión dentro del propio partido no es real. De hecho, ahora por ejemplo, no haría eso. Pero no soy independentista, soy galleguista más que nada. 

¿Y de dónde viene ese sentimiento?
Yo vengo de…joder, de familia de campo (risas). Tengo mucha conexión con el mundo agrario y ganadero desde pequeño por cuestiones familiares y también con el idioma. Me viene ya un poco dado. 

¿Te identificas entonces más con AGE (Alternativa Galega de Esquerda)?
Yo este año fue a los que voté. Y que nadie se sorprenda porque lo diga abiertamente, el voto es secreto pero no al pie de la letra. Es secreto si quieres. De hecho, yo fui a las listas del BNG de la mano de Beiras. Era a la persona a la que yo conocía en ese momento y realmente la influencia de que yo estuviese allí fue directamente por él, que me llamó para pedirme apoyo. Tengo una cierta visión romántica con Beiras, también lo admito, ya que me parece un político como los de antes, por desgracia no quedan muchos como él.

Los partidos con los que te relacionas son genuinamente gallegos, algo quizá coherente con tu frase “Desde Madrid se entiende poco lo que pasa en los laterales”. ¿Hace falta en Galicia un Artur Mas?
No, que va que va, todo lo contrario. Yo creo que Artur Mas hace el mismo papel que hacen los que están en Madrid. Hace todo lo posible para que no se entienda nada de lo que pasa en Cataluña. Quiero decir, creo que tiene un discurso primero muy oportunista y falsamente radical a mi modo de ver. Para mí Mas es un tipo que realmente no piensa, no tiene una base sólida para defender lo que públicamente defiende. Aglutina un montón de pensamientos, que creo que sí existen realmente en Cataluña, pero que él los convierte en demagogia al pasarlos por sus filtros, al extremarlos y polarizarlos para crear debate social. Coge todos los pensamientos de izquierdas de Cataluña por el lado radicalmente independentista, cuando él es de un partido de derechas y lo ha sido siempre. Por eso no creo que sea una figura necesaria en Galicia. A mí no me interesaría. Hace el mismo juego que Madrid: ningún intento de comprensión de lo que pasa en el otro lado.



       "Artur Mas hace 
todo lo posible para que 
no se entienda nada
 de lo que pasa en Cataluña"

¿Tú que estás entre Madrid y Galicia, notas que socialmente se aparta a los gallegos?
No, no creo que el ostracismo gallego sea una cosa que ocurre desde la población, sino desde la clase política. Los políticos desde Madrid, normalmente de manera intencionada, tienen poco interés en atender las políticas periféricas. Normalmente manipulan el discurso para que la gente no acabe de entender lo que pasa en las ciudades. La población debería, a mi modo de ver, enterarse más de lo que pasa en su propio país, que está formado por muchas culturas diferentes, muchas idiosincrasias y muchas peculiaridades diferentes. Aunque para la población real tampoco es su obligación ni su deber entender eso, es la clase política la que debe crear esas conexiones.

Ahora se está hablando además de un futuro con menos autonomías, una Europa más convergente.
En Galicia el mayor problema que tuvimos al entrar en Europa fue que descuidamos todo lo que era la economía regional, precisamente por la entrada en la comunidad europea. Al dejar que la comunidad absorba y fagocite completamente los sistemas económicos tradicionales de una región como Galicia, lo que se hace es dejar a tres millones de personas en una situación de desamparo. No puedes competir contra nada y no puedes ofrecer un cierto poder de resistencia contra los cánones de la macroeconomía. Al final Holanda se lleva todas las cotas lácteas, Suiza otro tanto, con la pesca pasa lo mismo y la agricultura igual. Todos los sectores históricos de la economía en Galicia están completamente reducidos en aras de satisfacer las cuotas de los países más pobres de Europa, y esto fue un descuido que hubo aquí por parte del gobierno autonómico principalmente y por parte de todos del Gobierno central de España. Sí, nos dieron carreteras, autopistas, el tren de alta velocidad… pero para unir cosas que ya no tienen mucho sentido. ¿Para qué quieres un tren de alta velocidad si no tienes nada que llevar de un lado a otro? Si dejas que se destruya todo el entramado socieconómico de una región no tienes forma de competir y queda una población desamparada que tiene claramente que emigrar. Como lo que pasó aquí hace unos años: la gente se iba a Canarias, a trabajar en la construcción, se rompe la burbuja inmobiliaria y ya no sabe qué hacer. 

Si volvieras a grabar La cena de los idiotas pero esta vez en la vida real ¿a quién te llevarías del panorama actual para ganar seguro?
A Díaz Ferrán fijo, pero ahora está en la cárcel. Mariano Rajoy sería un tipo interesante también porque como no habla nunca, nunca dice nada básicamente, iba a ser una cena de expectación. Me lo llevaría básicamente por eso, porque debe de ser el presidente del gobierno de un país que menos comunica. Ya no es una cuestión ideológica, me sorprende muchísimo y me fascina la capacidad que tiene este tipo para no decir absolutamente nada. Sólo por curiosidad, para ver si se maneja mejor en la distancias cortas. 


"Me sorprende muchísimo
y me fascina
la capacidad de Rajoy
para no decir absolutamente
nada"



En la mayoría de tus películas haces de chico malo. De mafioso en Miami Vice, de ladrón, de psicópata… ¿Tienes miedo de encasillarte?
Ninguno.

Y si el día de mañana te ofrecen un papel opuesto a lo que estás acostumbrado, como el abuelo de Heidi, ¿te interesaría o prefieres seguir el camino del peligro?
Hombre, tendría que ser algo más interesante que el abuelo de Heidi (risas). El abuelo de Heidi no creo que me fuera a apetecer mucho. Básicamente los personajes son lo que te enamoran en un momento, no depende de si es un cacho de pan o malo. Depende de que sea bueno y esté bien construido. Lo que pasa es que tienen más boletos en general los personajes que sufren algún conflicto moral, son más interesantes.  

Tosar, de muy mala madre (Celda 211)

Actuaste en Miami Vice en Hollywood, ¿notaste mucha diferencia con la forma de grabar en España?
Yo tuve una experiencia en Hollywood no muy hollywoodiense. Michael Mann, el director, rueda de una manera muy independiente a pesar de manejar presupuestos muy grandes y de que la maquinaria sea de Hollywood. Siempre utiliza las tecnologías más vanguardistas, como rodar en HD y en varias cámaras de diferentes formatos… Fue más hollywoodiense grabar 18 comidas que esta peli de acción. 

Tu cine, desde el gran boom con Los lunes al sol, ha tenido un componente muy social, ¿crees que se pueden hacer revoluciones sociales desde el séptimo arte?
Me gustaría decirte que sí, pero ahora se ve que Operación E no despierta demasiado interés y que, por otro lado, cuando una sociedad está en crisis no apetece ver más problemas de los que se tienen. El cine no creo que pueda revolucionar, creo que ayuda a la reflexión y a cambiar el punto de vista de algunas cosas; también creo que todas las películas que he hecho que tienen una denuncia social muy patente y potente, de mensaje contundente, han funcionado mejor en época de bonanza que en la actualidad. Te doy mis ojos o Los lunes al sol, que está de más actualidad ahora que cuando se hizo, si salieran el mes que vienen no tendrían tanta repercusión. La gente no quiere ver marrones. No quiere que le cuenten historias penosas, ya las tiene en casa.

¿Habrá una fuga de actores con la situación actual del cine? 
No, pero si la gente no encuentra trabajo y ve que fuera hay otras compañías tendrá que emigrar. El problema es la gente que se marcha a trabajar directamente en otras cosas teniendo que dejar la profesión. Nosotros notamos mucho la crisis, de manera brutal. Se han rodado muchísimas menos películas, como dos tercios menos. Está el IVA cultural, la disminución de festivales, menos ofertas… y esto obliga a reorganizarse. La gente hace espectáculos de menos formato y cosas que conocíamos antes ahora van a tardar años en volver a hacerse. Montajes teatrales de más de cinco actores ahora mismo son casi impensables.
En tu última película, Operación E, haces de un perseguido por la guerrilla colombiana, José Crisanto, quien justo al salir de la cárcel pudo ver con vosotros la película. ¿Qué os dijo al terminar de verla?
Él estaba muy emocionado, nos felicitó a todos por el trabajo que habíamos hecho, pero luego también dijo que se le quedaba corta la peli, porque para él todo este sufrimiento duró seis años, y nosotros contamos en la peli dos años y medio de su vida. Luego estuvo cuatro años más en la cárcel, que para él fue un tiempo muy largo y muy duro. Aprecia el esfuerzo pero vivirlo en las carnes no es igual. Es como si alguien ha estado en un campo de concentración. Cualquier película que hayan hecho, por muy buena que sea, sobre el nazismo...se queda en el camino. Puede estar bien, pero nunca se reflejará del todo un día a día sufriendo. La realidad siempre va a superar a la ficción.
Grabando con guerrilleros de verdad, ¿la selva te dio algún susto?
Nosotros sabíamos que había guerrilleros, pero retirados, que nos lo reconocieron. Pero es que en Colombia en cualquier territorio rural la gente ha estado en un 95% ligado no solo a la guerrilla sino al conflicto, quiero decir, de un bando o del otro… o del otro o del otro, porque hubo hasta cuatro bandos: ejército nacional, ejército oficial colombiano, guerrilla y paramilitares. Es casi imposible no coincidir con algunos. Nosotros estábamos en una zona de exclusión, que ya no sufría conflicto, con el lugar más cercano a la zona de influencia FARC a 30 km.
El protagonista es una víctima del mundo y de los políticos, pero la película tiene una gran carga de valor humano. ¿Aún queda esperanza?
Sí, yo confío. Si no fuese así ya se habría acabado esto hace mucho tiempo. Las personas tenemos una atracción especial por matarnos, por ir a la guerra, por estar en conflicto… es muy humano por desgracia, pero también es muy humano ayudar a los otros y tender la mano a los desfavorecidos. A veces somos más o menos insensibles por la sociedad o el momento, aunque yo nunca he vivido tantas señales de generosidad como ahora mismo. Cuando las cosas se ponen mal ves que hay un mecanismo puramente humano que es ayudarse. Eso tiene que prevalecer por encima de todo lo demás. Ahora que nos va peor a todos, nos damos cuenta de lo que pasa, de lo bueno. Como las imágenes de cámaras de seguridad del anuncio de Coca Cola. No deja de ser una gran marca jugando con el rollo, pero el contenido es real: existe en nosotros un impulso solidario que aflora de manera natural, el problema es que el entorno a veces nos contagia de malas vibraciones.

Luis Tosar...
su película favorita es...de otra persona fijo. Yo las mías no las puedo ver, si me pongo sí, pero no las disfruto. Ni mías ni de un amigo, ya no lo veo como el personaje.
le gustaría trabajar con… Sam Peckinpah o Clint Eastwood.
lo que más le gusta es... el cine, he estado involucrado como guionista, productor (ZircoZine), etc. Me manejo mejor, en teatro sólo como actor.


María García Segade @mariasegade

6 comentarios:

  1. Que orgullosa estoy de mi hija :) Biquiños Mariña.

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  2. chapó meri :)
    la verdad es que lo haces muy bien ;) sigue así jeje

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  3. No es para menos Carmela!! Vaya don que tiene la niña :)

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  4. Segue así que dentro de pouco xa consigues sacarme unha entrevista a min :p

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  5. Maríaa muyy muyy bienn :)
    me gustó muchísimo la entrevista
    Que orgullosa estoy de mi María jijij
    !! aish Carmela cuanta razón tienes !!
    un besiñooo :)))))

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