sábado, 14 de julio de 2012

Editorial Pol (I): sobre la superioridad


George Orwell: “En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario”






Hoy voy a usurpar el lugar de mi compañero y amigo editor, Carlos Heras, e intentaré escribir un poco de política. Siempre me he interesado por ésta y tengo mis ideas, pero nunca he entrado en el juego de apoyo o rechazo a partidos, ni mucho menos en el activismo, ya sea pasivo y puntual o activo: me parecía un mundo ajeno a mí. Sinceramente, manifestaciones y asambleas no son mi lugar, nunca me han gustado ni las aglomeraciones ni tener que elevar demasiado la voz. Pero hay momentos en los que uno no puede más. Y, aunque a algunos les parezca una posición cómoda, por ahora sólo siento la obligación moral de elevar los dedos sobre las teclas; cada uno se expresa como puede. Esto es lo que pienso.

Dada la situación, es imposible no tener miedo. Se griten las consignas que se griten, el futuro de más de treinta millones de personas sobre la Península Ibérica pende de un hilo. Un hilo a kilómetros de distancia, tensado por Dios sabe quién. No tener miedo sería una temeridad; dejar que el miedo nos atenace, o mirar siempre a otro lado para ver si desaparece, un suicidio.

Las denuncias están claras, todos sabemos que vivimos bajo una política del saqueo, con unos líderes adictos a la inauguración y unas fuerzas de seguridad que no pasan de toscos imitadores de Bruce Lee. A la gente esto le preocupa, a algunos les angustia y a otros les causa cierta diversión el circo…en el mundo del Sálvame, estos son los perfectos actores. Pero la cosa pasa ya de castaño oscuro en el momento en el que los comediantes arengan a su líder cuando anuncia que va a joder unas cuantas vidas más.


Y como estos políticos son voraces, siempre surge alguien que quiere dar más vergüenza. Llegando al esperpento y haciendo honor a sus ancestros, Andrea Fabra entona su “Que se jodan”, una y otra vez en Youtube. Es Trending Topic, por supuesto. Pero qué miedo da eso. Esa frase, “que se jodan”, parece extraída del colonialismo, sólo puede provenir de alguien que se siente superior por nacimiento, por raza. Y aquí estamos, los nuevos hombres de bronce, poniendo el grito en el cielo. Pero surge la pregunta de siempre: ¿qué podemos hacer?

Cabe cuestionarse por qué la gente no sale de sus casas. La televisión, internet, sí, la gente tiene demasiadas películas descargadas que ver como para quejarse de la subida del IVA en cultura. Vale, afirmar eso es demagogia. No sirve el “tenemos lo que nos merecemos”. Nos merecemos unos derechos universales en tanto que seres humanos, lo que faltaba es que los que estamos perdiéndolos día a día nos echemos la mierda entre nosotros.

La televisión, internet, sí, la gente tiene demasiadas películas descargadas que ver como para quejarse de la subida del IVA en cultura. Vale, afirmar eso es también es autocomplacencia. Si la gente no sale a la calle, hay que sacarla. Y eso no se hace afirmando su inferioridad moral  e ideológica ni con comportamientos sectarios. La sintonía con los demás se encuentra por puntos o intereses en común, y vaya que si los tenemos. Ahora se sumarán colectivos recientemente empobrecidos a la protesta, funcionarios, pensionistas. Se les puede criticar, se les puede señalar, pero ellos están dentro del 99%. Y la lucha, si no me equivoco, es contra los que están verdaderamente arriba.

Roberto Gil García, @robergilgarcia

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